Search Results
Se encontró 1 resultado sin ingresar un término de búsqueda
- UNA HISTORIA DE RESILENCIA
La pandemia, causada por el virus del COVID-19 entre los años 2020 y 2021, impactó de diferentes formas varios aspectos de la sociedad. La vida, como normalmente la conocíamos, dio un giro inesperado y de la noche a la mañana nos enfrentamos al encierro en nuestros hogares, el uso del tapabocas, el aislamiento social, las restricciones gubernamentales, la implementación de protocolos sanitarios y la incertidumbre sobre un virus mortal del cual no se tenía información. Al final, dejó un estimado cercano a los 15 millones de muertes a nivel mundial, según información reportada por parte de las Naciones Unidas entre el 1 de enero de 2020 hasta el 31 de diciembre de 2021. Uno de los aspectos que marcó mayor importancia durante la pandemia fue la migración y los viajes. A pesar de las limitaciones de movilidad planteadas por la pandemia de COVID-19, la población migrante continuó embarcándose en viajes clandestinos, huyendo de la violencia y la pobreza, buscando mejorar su calidad de vida. Fue así como muchas historias se tejieron durante tiempos difíciles de virus y pandemia. Esta es la historia de Edgar, un migrante de nacionalidad colombiana que decidió embarcarse en la aventura de migrar hacia los Estados Unidos, huyendo de la difícil situación que enfrentaba en su país durante la pandemia del COVID-19. Para cualquier persona, esta podría ser una de las tantas historias que a diario se cuentan de personas que salen de Sur y Centroamérica en búsqueda de un mejor futuro hacia los Estados Unidos. Sin embargo, esta historia cuenta con un ingrediente adicional, ya que Edgar es un paciente que vive con el virus del VIH desde hace más de 5 años. Edgar llegó huyendo de su país a mediados del 2021 con su diagnóstico como paciente VIH positivo. Durante varios meses, realizó una travesía por diferentes estados de los Estados Unidos en busca de oportunidades para comenzar con su nueva vida, pero también el acceso a su tratamiento de medicamentos ARV. No poder tomar su medicina a tiempo y mantenerse indetectable era una de sus mayores preocupaciones, ya que no quería ver afectado su estado de salud fuera de su país de origen. Como migrante, sin recursos y sin acceso a un seguro o servicio médico, el destino final de Edgar sería Texas. Después de varios traspiés durante sus primeros días en el país y atraído por la invitación de una persona allegada, Edgar decide mudarse al norte del estado de Texas y empezar la búsqueda de nuevas oportunidades no solo para mantenerse, sino también para acceder a un tratamiento para su diagnóstico como paciente positivo y en condición de inmigrante indocumentado. Después de tocar más puertas y acudir a diferentes organizaciones para obtener acceso a sus medicamentos, un día mientras consultaba a través de buscadores en internet formas o lugares para acceder al tipo de tratamiento que necesitaba, encontró lo que él mismo definiría como "La Luz al Final del Túnel". Luego de una intensa búsqueda, dio con la coincidencia de la página web de CHE Clinic. De inmediato la revisó y encontró que se ofrecía el acceso al test para las ETS/VIH y a tomar el PrEP. Edgar no dudó un solo instante en ponerse en contacto con CHE Clinic. Sin pensar, esta se convirtio en su gran oportunidad para acceder a su tratamiento ARV que hoy en día aún sigue recibiendo por medio de la clínica y que le ha permitido mantenerse indetectable por cerca de 3 años que lleva viviendo en el país. Para Edgar, esta primera experiencia en CHE Clinic en la ciudad de Dallas se convirtió en más que una cita al doctor; fue una esperanza a largo plazo. Desde el primer momento en las instalaciones de la clínica, no solo encontró un lugar donde sería tratado, sino también a un equipo de trabajo humano y capaz de entender sus necesidades de forma inmediata. Como él mismo señala, "Uno de los mayores temores de una persona que convive con el virus del VIH es la opción de migrar", ya que para nadie es un secreto las diferentes barreras a las cuales se enfrentan los migrantes para el acceso a la salud y los tratamientos. Hoy, luego de casi 3 años como paciente de CHE Clinic, Edgar agradece el trabajo y la ayuda prestada por parte de todo el equipo médico y profesional que lo ha acompañado en esta aventura. No ha tenido problema alguno para acceder a los servicios de salud, así como a su tratamiento de ARV. Asiste a sus citas de control con frecuencia y cuando tiene necesidades especiales o consultas médicas, sabe que cuenta con diferentes herramientas que le permiten mantenerse en contacto con su profesional tratante. Los inmigrantes que viven con VIH constituyen una población especialmente vulnerable. Sumado al diagnóstico como pacientes positivos al virus, se suman otras condiciones negativas debido al contexto de estigma, sociocultural, económico, laboral, administrativo y legal, simplemente por ser migrantes. Según información del portal aidsvu.org para el año 2021, había 100,700 personas que vivían con el VIH en Texas. Asimismo, 4,363 personas fueron diagnosticadas con VIH en este mismo año. Si bien se desconoce la cantidad de migrantes que viven con el virus del VIH, en CHE Clinic trabajamos con una actitud proactiva para el diagnóstico precoz de la infección. Buscamos la manera más adecuada de implementar medidas preventivas para evitar nuevos casos y proporcionar una atención sanitaria accesible, adaptada y de alta calidad en las ciudades de Dallas y Austin en el estado de Texas.